Blue Dog ha sido durante dos años uno de los emblemas de Palermo, y desde febrero de 2018, renovó su propuesta abriendo en Villa Urquiza. Apostando a un nuevo barrio, y tomando nota de la experiencia palermitana, este Blue Dog está ubicado en una casona antigua hermosa y enorme: tablones comunitarios en la vereda, una gran barra que te encontrás apenas pisás el local, mesas altas y banquetas de madera… Y eso que todavía no abrieron el patio trasero! Hay espacio para todos en este bar, que promete haber llegado para quedarse.
El nacimiento de Blue Dog tuvo que ver con una necesidad de Lucas, uno de sus dueños y dueño también de Grunge Brewing Company (junto con otros socios), de abrir un bar que reuniera en su pizarra las mejores birras, aquellas que él tomaría sin pensarlo. El nombre surge en un viaje por Inglaterra: había un señor muy birrero que visitaba bares y su perro lo esperaba en la puerta. El perro era entonces distintivo de buenas birras, ya que dónde él estaba, era seguro que estaba su dueño adentro del bar disfrutando de las cervezas locales. Un poco esa idea intenta replicar Lucas en el bar, y ya te vamos adelantando que lo cumple…
En Blue Dog vas a encontrar 20 canillas de cervezas artesanales, de las mejores fábricas del país: Grunge, Bierhaus, Strange Brewing, Cheverry, Gorilla, Beata, Mur, Minga, Sir Hopper, Crafter, La Paloma, Astor; y ahora sumaron una canilla de la reconocida londinense Fuller´s. La pizarra es súper original, empezando por el hecho de que no es una pizarra: se trata de carteles en la pared, destacando las fábricas y estilos que tienen en canilla ese día. Para comer, vas a encontrar opciones de appetizers y sandwiches gourmet y una carta amplia apta para todos los gustos.
Nosotros arrancamos con una Berliner Weisse de maracuyá de Gorilla (dorada pálida, bien translúcida, burbujeante pero sin espuma, ácida, fresca, con notas a maracuyá en boca) y una American Wheat de Mur (dorada, de espuma poco persistente, refrescante, de aroma floral, en boca el trigo balancea con el lúpulo, dando lugar a un amargor lindo que se te va a quedar en la boca un ratito).
Para comer, pedimos un surtido de lo que vas a encontrar en la carta para picar. Atención que las porciones reales son más grandes! Saben que siempre pedimos una adaptación porque es imposible abarcar toda la propuesta si probamos las porciones reales! Acá va el detalle de lo que probamos:
- Mollejas: salen en una tabla de madera, acompañadas de ensalada de zucchini, zanahorias, pickle de cebolla morada y alioli de lima, y son absolutamente deliciosas!
- Croquetas de morcilla: vienen con salsa criolla y son una locura! Crocantes por fuera, cremosas por dentro. La salsa criolla completa la experiencia sin dudas. Aplausos por esta idea!
- Pinchos de cordero: vienen acompañados con pasta de garbanzos, pickle de pepinillos, salsa de yogur y papas pay. Nos encantaron!
- Pinchos de carne: Se trata de unas brochettes de ojo de bife marinado, con cebolla, morrón verde, un ají amarillo en pickle que es una locura, mayonesa de chimi y chips de papas pay. Muy ricas!
Acompañamos de dos birras de Grunge: una Blonde Phillippe (dorada intensa, con buena espuma, se trata de una rubia tradicional bien balanceada) y una Franz APA (ámbar, de espuma cremosa, floral en aroma, en boca maltas caramelo que se balancean con notas resinosas y dan lugar a un amargor justo. Nos encantó).
Mientras marchábamos los principales, pedimos una Belga Ciao (se trata de una Belgian IPA. De color ámbar, algo turbia, con espuma cremosa aunque poco persistente, especiada en boca que balancea con el amargor del lúpulo. Amamos) y una Socarrada (ámbar, con aroma a romero, en boca vas a sentir la miel y sobre el final aparece el romero. Una honey bien diferente, que vale la pena probar). Se imaginan que estando en el templo de Grunge, quisimos probar todas las birras de ellos que pudimos!
Seguimos con un Choripan (chori de cerdo con mayo de zanahoria, repollo y garrapiñada de maní. Sale además con papas con pimentón que son una delicia! El chorizo es súper rico, el repollo le aporta un toque fresco y textura, y las garrapiñadas son una locura) y una Hamburguesa vegetariana (hamburguesa de lentejas, arroz, queso y albahaca en pan untado con pasta de berejenas acompañado con chips de papas y batatas. Súper sabrosa y especiada, una opción increíble dentro del mundo veggie, que en los bares no abunda en buenas propuestas). Tomamos una American IPA de Beata (ámbar, de espuma cremosa poco persistente, balanceada entre cítrica y floral en aroma y boca, de amargor moderado. Una fiesta de lúpulos!).
Saben que amamos cuando los bares ofrecen una opción dulce para el bajón, y en Blue Dog tienen Brownie! Sale con salsa de dulce de leche y nueces picadas, y es una fiesta! Lo acompañamos de una Saison con Loral de Strange Brewing (dorada, turbia, frutada en aroma y boca, fresca) y una Back Mamba de Grunge (negra, de espuam color café con leche bien cremosa, con buen cuerpo, de aroma especiado, en boca notas a café tostado. Ideal para el postre!).
Un bar en un barrio fuera del circuito habitual pero en crecimiento constante, que reúne en su pizarra 20 canillas de las mejores fábricas del país, con una propuesta gastronómica gourmet y para todos los gustos, en un ambiente relajado, amplio, para compartir en pareja o con amigos un buen momento. Prometen «great food and better beer» y no desilusionan. Para recomendar!
Gracias a los chicos de Blue Dog, en especial a Belén por invitarnos a conocerlos y a Lucas por cenar con nosotros y compartir una gran charla cervecera! Salud! GPS BIRRA
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