Toda su vida Vicente tuvo un taller enorme de mecánica, chapa y pintura en el límite de los barrios de Belgrano y Nuñez. Pero en 2017, en una charla entre amigos, surgió la idea de abrir una cervecería. El sueño fue tomando forma de proyecto, y desde comienzos de 2018 ese taller se transformó en una cervecería. Es así que el galpón enorme donde nace El taller, mantiene la esencia que tuvo durante más de 60 años en su decoración: aún conservan la fosa, la cabina de pintura, y el look industrial; pero con el agregado de luces cálidas, mesas comunitarias, un cartel luminoso que grita «Beer» en la barra y murales hermosos a cargo del artista Martín Agazzi. La propuesta queda completa con varias mesas en la vereda y un patio enorme, ideales para los días de calorcito y sol!
Para sus dueños, «cervecerías hay muchas, y la forma de distinguirse es el lugar, la calidad de la comida y la birra, y el nivel de atención». Y por eso es que cuentan con 20 canillas de cerveza artesanal de excelentes fábricas como Bierhaus, Berlina, Cheverry, Antares, Peñón del águila, entre otras. Para comer, tienen un menú bien variado que incluye papas y nachos tuneados, varias opciones de burgers, pizzas, ensaladas, diferentes picoteos para compartir y hasta postres! Todo es elaborado en el bar y con productos frescos!
Nosotros arrancamos con una Patagonia IPA de Berlina (ámbar, algo turbia, floral en aroma, en boca da notas terrosas y herbales, de amargor medio) y una Pilsen Checa de Bierhaus (dorada, balanceada hacia las maltas y súper interesante, liviana en cuerpo y de mucha tomabilidad, de final seco).
Hicimos un mix de los picoteos de la casa y probamos: Bastones de muzzarella (Increíbles, una bomba! Súper crocantes por fuera, con el queso bien derretido por dentro. Amor absoluto y eterno por ellos), Bocaditos de lenteja y muzzarella (Son como unas albondiguitas de lentejas, rebozadas, y con corazón de queso. Salen con dips de morrón ahumado y salsa tártara. Una fiesta veggie en tu boca, nos gustaron muchísimo!) y Fish and chips (Buenísimo, el pescado se nota que es bien fresco y la fritanga está hecha a la perfección. Una opción diferente que nos gustó mucho!). Acompañamos con una American IPA de Bierhaus (dorada, con notas a frutas tropicales y cítricas en aroma y boca, de amargor medio) y una Weizen de Darwin (dorada, de espuma cremosa, algo turbia, frutada. Interesante y súper prolija!).
Seguimos con la Hamburguesa Taller (sale con bacon, lechuga, tomate, huevo, cebolla caramelizada y queso azul. Bomba!) y una Hamburguesa Turbo (sale con bacon, doble cheddar, cebolla caramelizada y barbacoa. Deliciosa!). Ambas burgers salieron muy bien de punto, y jugosas, acompañadas de papas fritas y presentadas divinas en unas asaderitas de metal. Las acompañamos de una Imperial IPA de Bierhaus (ámbar, de espuma cremosa, con notas a frutas tropicales en aroma y boca. Nos gustó mucho esta birra!).
Cerramos con una Chocotorta (cremosa, gorda, un fuego!) y un Lemon Pie (fresco y cremoso a la vez, nos encantó!). Los postres salen en frasquito y son la porción justa para darte el gusto de algo dulce al final de la noche! Saben que nos gusta mucho que ofrezcan postres en las cervecerías, y El Taller cumplió con creces este ítem! Los acompañamos con una Belgian Dark Strong de Cheverry (roja intensa, súper frutada en aroma y boca, intensa en sabor, alcohólica y licorosa. Gran birra!) y una Extra IPA de Bierhaus (dorada intensa, de espuma cremosa que deja encaje en el vaso, con notas cítricas, y de amargor medio/alto).
Una cervecería ambientada a modo de taller mecánico, con un menú variadito y bien casero, 20 canillas de excelentes birras y una onda inconfundible. Un escondite entre Belgrano y Nuñez que vale la pena conocer, porque sin dudas vas a querer volver!
Gracias a los chicos de El Taller por invitarnos a conocerlos, en especial a Vicente y Jorge por cenar y charlar con nosotros largo y tendido! Salud genios! GPS BIRRA