Los rumores se cumplieron, las espectativas se superaron y el Paralelo Bar de Julián Alvarez y Santa Fe dijo ‘Hasta luego’.
Todo esto, y más, se vivió el sábado pasado en lo que hoy quedó como la primera y vieja casa del bar que agasajó a cientos y miles de personas, pero que trató a cada una como si fuera única durante casi dos años. Y esto también estuvo presente en el festejo, sus fieles devotos dimos el Presente y le devolvimos un poco de tanta alegría que nos contagiaron siempre como así también un orgullo enorme con este flor de notición. Estaba más claro que el agua, se sabía que les coparíamos a full el interior, la vereda y hasta las linderas con mobiliarios prestados e improvisados porque claro, en estos años hasta llegaron a hacerse amigos de la heladería vecina y ellos eran parte del festejo! –¡¿Dónde más pasa esto?!-.

A eso de las 22hs arrancaron a caer algunos amigos, otros bloggeros cerveceros, y cuando menos lo esperábamos, con una silla de cada pueblo nos ubicábamos en el metro cuadrado del que no nos levantaría ni la policía -no exagero-. Para esta altura, ya habíamos arrancado a hacer entrar en calor el cuerpito con unas Neipa de Strange Brewing –un juguito precioso que se esfumaba con altas velocidades-, y alguna que otra pinta de la American Amber Ale de Jabalina -con sólo ver el color, les juro que le donarían mínimo un cm2 de su cuore!-.

Llegaron ellos nomás, los que me permiten volcar con palabras sencillas y con unos cuantos gramos de fantasía y exageración todo lo que se vive en los encuentros de su agenda. Obvio que hablo de GPS Birra. ¿Alguna duda?

Detrás de sus pasos, los rastros de alguna papita con bondiola y cheddar, las migas de algún bastón de polenta y las copas cuasi vacías, pidieron su primer rotación y lo que pasarán a ver es algo que, gracias a los chicos de Paralelo -más que obvio- no tienen que perder la oportunidad de probar cuando sus puertas vuelvan a abrir…


Perdón la reiteración, pero merecen ser destacados con honores los platos que crean acá: la bandeja zarpada de papas con cheddar y bondiola braseada, los gloriosos bastones de polenta con salsita, los quesitos gratinados con un pesto caído del cielo y cherries en conserva dignos de ser llevados a toda tumba, los panchitos gourmet -hasta queso brie tienen!-, las ribs embadurnadas en barbacoaaaaaaaa! Chau gente, me voy corriendo a ver si necesitan una mano estos chicos para abrir lo antes posible el local nuevo! -cálmese señora-. Un detalle no menos importante del morfi es que el sábado, a pesar de explotar de gente, todo salía con el punto justo, con la temperatura ideal y con un gustito igual que como si fuera un día común y corriente –otro poroto para estos pibes y van…-.
Rondaban ya las 2am, el cartón a punto de cantar bingo y a lo lejos se veía que la pizarra arrancaba a quedar con menos birras. Esto sólo podía significar una cosa: uno de los rumores se estaba haciendo realidad y era el de que la joda terminaría cuando no quedaran más litros de birra por servir. Y así fue, las agotaron todas. Desde las ya nombradas, pasando luego por la Mini Neipa de Strange Brewing también, la aniquiladora Russian Imperial Stout de Okcidenta y la delicada Blonde de Güira.

No te alcanza con eso? Antes de despedirnos, algunos no querían irse sin dejar su huella en la famosa pared de corchos. Tal es el cariño que la gente le tomó –o no…– que algunos comensales quisieron frenar la movida pero claro, no pudieron contra la aprobación de los dueños de la casa que felízmente también colaboraron en la movida.

Ahora sí, ya cantada la línea, ya ganado el bingo, para ir concluyendo y dejar de manijearlos, no quiero dejar de destacar la gran amabilidad de todos los socios que, como escribí en una nota anterior y me lo hizo recordar Tomi -o ‘niño redes’ según GPS– (uno de los tantos genios responsables), se nota a la legua cómo priorizan ciertos valores de comunicación, de atención, de servicio y hasta de relaciones, algo tan obvio y sencillo pero que un poco carece en el rítmo apresurado de la ciudad y en la interrelación cibernética que tanto nos rodea hoy en día; al mismo tiempo que en cada detalle y acción se ve el respeto por la diversidad de gustos, de opiniones, de fanatismos: en Paralelo siempre vas a encontrar alguien detrás de la barra con una sonrisa, alguien con quien charlar de deportes, de películas, de lo que se te ocurra. No sé si algo tendrá que ver con la elección de su nombre, pero pensándolo hoy con un poco más de calma, no tengo dudas que puede relacionarse con esta gran cualidad que los distingue de otras tantas cervecerías y que es la de ponerse a la altura de los consumidores, de los clientes, sin creerse más que ellos.
Con todo mi respeto y agradecimiento, los despido hasta el próximo evento que me depare la vida #conbirraybonete !
Aguante paralelo! Y sus papaaaas
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